La certeza de que algún día vamos a morir es la única cosa segura que existe en esta vida.
Algunos de nosotros podremos no saber cuándo ni cómo vamos a morir. Sin embargo, nadie puede escapar a la realidad inexorable de la impertinencia de esta forma física.
Paradójicamente, la seguridad de que vamos a morir, es precisamente lo que le da sentido a nuestra existencia. Como bien dijo Carlos Castaneda: “Solo porque la muerte nos anda al acecho es el mundo un misterio sin principio ni fin.” Nos empeñamos en temer y en negar a la muerte, y sin embargo ella nos acompaña, como una sombra que algún día nos tocará.
¿Pero qué hay de aquellos que saben que su hora de morir está próxima?
El Dr. Hugo Dopaso, un experto en el buen morir, nos dice que existen dos formas de partir de este mundo. Cuál escojamos dependerá de nuestras creencias, temores, circunstancias y prejuicios. La más común es aquella en la que se deja este mundo sumido en la ignorancia. El temor conduce a la negación de uno de los momentos más importantes de una persona, como lo es el morir. Esta forma ocurre “bajo la perspectiva de un organismo que se extingue.” Se aparta del proceso la mente, la conciencia y en muchos casos, el amor.
La otra forma de morir es consciente, esperada. La muerte es asumida con coraje y amor. Se enfrenta el morir desde la perspectiva de un alma que se desprende de su cuerpo físico para continuar con su evolución, y no de un cuerpo físico en decadencia. Hay un reconocimiento total de la dimensión transpersonal del ser. Al mismo tiempo se vive un profundo agradecimiento por la experiencia de la vida y de los afectos que en ella se crearon.
¿Cómo se asume el proceso de morir cuando hay tanto temor e incertidumbre?
Sin duda requiere de preparación. Para lograrlo existe un proceso llamado el buen morir, en el cual una persona entrenada acompaña tanto a la persona que está en esta fase final, como a sus seres queridos. Esta persona debe poseer unas cualidades particulares entre las que destacan la empatía, la compasión y una percepción benevolente y sin temores de la muerte.
En el proceso del buen morir se busca que la persona que está por fallecer lo haga en paz, desde la presencia, la tranquilidad, y rodeada de mucho amor. La participación de los seres queridos es vital, por lo que también se les guía para que puedan manejar su propio duelo, y acompañar de corazón al que está por partir.
En el video de hoy converso con la psicóloga clínica Esmirna Raydan quien se especializa en acompañar a las personas en el proceso del buen morir. Ella nos cuenta cómo lleva a cabo este delicado proceso, y qué lo convierte en una experiencia tan profunda y transformadora, no solo para quien va a morir, sino para todos los que forman parte de la misma.
Haz clic en el video y conoce más acerca del buen morir
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Como siempre, fue un placer compartir hoy contigo.
Cariños,
Vanessa