Pedir perdón puede ser una de las cosas más difíciles de hacer para algunas personas.

Admitir tus fallos y pedir perdón, a menudo se puede percibir como una señal de debilidad. Pero nada más alejado de la realidad. Una buena dosis de valentía y seguridad en ti mismo son necesarios para pararte frente a otra persona, y reconocer con humildad que te equivocaste.

Tanto pedir perdón como perdonar, son prácticas fundamentales que deben estar presentes en tu vida diaria. Te premian con algo invaluable: tu libertad. El hecho de pedir perdón no implica necesariamente que haya una reconciliación. Tampoco exige el olvido de lo ocurrido (aunque en muchos casos suele ocurrir). Lo verdaderamente importante, es que te permite soltar la carga de un error. Cualquier cosa que suceda después de perdón, surgirá de acciones provenientes del corazón, no de la rabia ni el rencor.

Pedir perdón no solo te trae enormes beneficios, sino que también le facilita enormemente la tarea de perdonar, y liberarse del resentimiento, a quien lo recibe.

En pocas palabras, pedir perdón te permite contribuir a la felicidad de otra persona. Esto se traduce automáticamente en bienestar para ti. Nada como pedir perdón para transformar tus errores en una experiencia de crecimiento y aprendizaje, mucho más profunda de lo que te puedes imaginar.

¿Eres de los que se te hace un nudo en la garganta cuando te das cuenta de que una disculpa de tu parte es necesaria? Te aseguro que a partir de hoy, empezarás a tener una actitud mucho más relajada al respecto.  Te voy a contar acerca de los múltiples, y muy poderosos beneficios de pedir perdón. Y además te voy a dar un paso a paso que para que lo puedas hacer de forma contundente, efectiva y con un desenlace positivo.

Si eres de los que puede pedir perdón sin ningún tipo de inconvenientes, ¡felicidades! Hoy vas a descubrir por qué ese hábito, contribuye tanto a tu felicidad y a la de los que te rodean.

Haz clic en el video ahora y descubre los beneficios de pedir perdón, y un paso a paso de cómo hacerlo.

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Me encantó compartir hoy contigo. Te veo en el siguiente video.

Cariños,

Vanessa